Soy estudiante y acabo de cumplir los 21. No se qué quiero ser ni qué quiero hacer en el futuro. Pero lo averiguaré. Mientras lo hago, escribo aquí mi día a día. Cosas que me gustan, y cosas que no. Reflexiones sin ninguna pretensión. Solo pasar un buen rato.

martes, 2 de abril de 2013

Pinceladas I


Descanso en la huída a Egipto. Caravaggio. 1596
 Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, ha pasado a la historia como un pintor  controvertido. Caravaggio (1573- 1610) representa la corriente Naturalista del primer barroco en Roma. Empleaba modelos para pintar a sus personjaes, y el exceso de fidelidad en el traslado de la realidad al lienzo le  ocasionó problemas. Tres de sus obras fueron prohibidas por falta de decoro, ya que se le acusó de no representar a los personajes religiosos rodeados de la dignidad que les correspondía

También su nombre va unido al tenebrismo. Se trata de una iluminación irreal, en la que la luz viene desde un punto fuera del cuadro, e ilumina aquello que el artista quiere que veamos, dejando lo demás a oscuras.

Lo conocemos sobre todo por obras oscuras, en las que trata temas religiosos con gran crudeza, sin edulcorarlas ni dignificarlas, como hacía su contemporáneo Annibale Carraci, representante de la corriente clasicista. Mientras Carraci y Escuela idealizan los rostros de sus personajes, Caravaggio los representa sin tapujos. Pinta en una primera versión a San Mateo como un  anciano tosco, sucio, medio desnudo, calvo y sin nimbo. El santo parece incapaz de recibir el mensaje divino y el ángel, que ha descendido, le guía la mano. Este cuadro fue considerado demasiado vulgar, no se ajustaba al decoro y por ello se le obligó a rehacerlo.


Salomé con la cabeza de San Juan Bautista, 1609
Pero sin duda los cuadros que más llaman la atención de Caravaggio son aquellos en los que representa la muerte, por la dureza de las imágenes. Uno de ellos es La Muerte de la Virgen. Este es otro de los cuadros que se considero indecoroso. En él se representa a la Virgen muerta, y según se dice, empleó el cadáver de una prostituta como modelo.  Después de huir de Roma pintó cuadros aún más tétricos, como Salomé con la cabeza de San Juan Bautista o la Decapitación del Bautista (1608) que pintó para la capilla de la Orden de Malta de la Valetta. En este último el verdugo alarga hecha la mano a la espalda para coger un puñal de su espalda y rematar al Bautista, que no ha muerto tras el primer golpe. En el río de sangre que parte de su cuello el pintor a escrito su nombre, lo que lo convierte en el único cuadro firmado por el artista.

Por todo es sorprendente cuando en la obra de Caravaggio encontramos una pintura como Descanso en la huída a Egipto. En primer lugar por la luz que emplea, que crea una atmósfera y envuelve las figuras con un paisaje natural de fondo. Por otro lado, el cuadro está lleno de detalles, como las plantas, que podrían identificarse perfectamente, o las partituras, que podrían leerse. La pintura de Caravaggio procede de la observación y el estudio directo de la naturaleza.

 Pero llama la atención sobre todo por lo entrañable de la escena representada. Un ángel ha descendido y, de espaldas al espectador,se dispone a tocar para dormir al niño. Le ha ordenado a San José sostenerle las partituras, y éste no puede disimular su sorpresa por lo que sucede ante sus ojos. Se le representa como un anciano, vulgar, restregandose los pies para entrar en calor y con un gesto que, cuanto menos, refleja incredulidad. Mientras a la derecha, la Virgen, representada con el cabello pelirrojo (algo nada usual), abraza a su hijo en un gesto lleno de ternura. El niño tampoco responde al tipo habitual. No es un bebé, sino que está más crecido, y desde luego parece un niño que puedes ver por la calle.

No se a vosotros, pero a mí me impresiona ver cómo Caravaggio es capaz de representar de forma tan real cosas tan opuestas, como una ejecución y el abrazo protector de una madre a su hijo.

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